Desde tiempos inmemoriales, la actividad física y el movimiento han estado relacionados con la salud y la fisioterapia. Sin embargo, el deporte no siempre es sinónimo de salud: La repetición de movimientos de forma “errónea” y no entendiendo el cuerpo como un todo, suele provocar desalineaciones, atrofias, descompensaciones, desequilibrios y “patologías”. Esta consecuencia puede suceder tanto en el ámbito deportivo, el gimnasio, fitness, en el trabajo o en el día a día.
El sistema socio-sanitario suele recomendar a nivel preventivo, rehabilitación o recuperación de patologías el movimiento incluso desde el “primer” momento después de una intervención quirúrgica. Son las llamadas actividades de bajo impacto: Pilates, Yoga, Natación o estiramiento, sin embargo, dichas actividades no están objetivadas, estandarizadas y sistematizadas para el ámbito socio-sanitario y patológico.